CULTOS A NUESTRAS SAGRADAS IMÁGENES

Septenario de Ntra. Sra. de la Soledad Coronada

Que la Muy Antigua, Fervorosa y Venerable Hermandad Servita y Cofradía de Nazarenos del Santo Entierro, Cristo Resucitado y Nuestra Señora de la Soledad Coronada Consagra a su Amantísima Titular

 

 

Este año por las circunstancias tan especiales (pandemia del corona virus) que estamos viviendo. No podremos celebrar los cultos a nuestra amantísima Titular Ntra. Sra. de la Soledad Coronada en su Capilla como todos desearíamos.

Sus fieles hijos e hijas, sin faltar al cumplimiento del Estado de Alerta, lo vamos a celebrar de manera muy especial cada uno en su propio domicilio. Dariamente incluiremos las oraciones correspondientes.

DÍA PRIMERO

Día Primero: Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos, Señor, Dios nuestro.

Oración preparatoria

¡Oh, Amabilísima Madre de la Soledad!, aunque me reconozco indigno de aparecer ante Vuestro acatamiento confiado a Vuestra bondad y postrado a Vuestros pies; os suplico alcancéis gracias para meditar con fruto vuestros acerbísimos Dolores. No permitáis queden malogrados tantos trabajos padecidos por Vos, y tanta sangre derramada por vuestro Hijo Santísimo. Alcanzad, pues, perseverancia a los justos, fervor a los tibios, conversión a los pecadores, luz de fe a los infieles, humildad y sumisión a los cismáticos y herejes, alivio a las almas del purgatorio, y más encendidos a estos tus hijos de Coria, que te quieren y aclaman en tu Soledad, como a la más tierna Madre.

Primer Dolor:

"Simeón profetiza a María, la pasión de su Hijo"
¿Y tan pronto, Señor, acibaréis las dulzuras de esta tierna Madre? ¿Tan pronto se acaban sus gozos y delicias? ¿No le basta el mar de amargura que le está reservado en la pasión de su Hijo, en sus dolores y soledad? ¡Ay!, ¿Qué placer tendrá en adelante cuando abrace y acaricie a su querido Infante? ¡Ay!, hermosa frente, dirá, que un día te veré taladrada con agudas espinas! ¡Ojos ahora más claros que el sol, seréis un dfa eclipsados y cubiertos de polvo y de sangre! ¡Ay manos purísimas, ay tiernecitos pies; seréis un dfa atravesados con cruelísimos clavos! ¿Y este cuerpo tan delicado y hermoso veré yo un dfa rasgado de bárbaros azotes? ¡Si siquiera los hombres se aprovechasen de esta pasión! Pero ¡Ay!, ofs que la sangre divina que formáis con vuestra leche virginal será sacrflegamente profanada y perdida para muchos. No permitáis, Madre de la Soledad, que yo sea uno de ellos; quiero, sf, acrecentar el consuelo, no la aflicción; quiero vivir de suerte que vuestro Hijo no me sea ocasión de ruina, sino de Resurrección.

Madre de la Soledad,

por tus acerbos Dolores,

Haced que cuando expiremos,

nuestras almas entreguemos

en los brazos del Señor.

Dios te salrve María, ...

Oración Final:

¡Madre de la Soledad!. ¡Reina del corazón coriano!; ya que en la persona de San Juan nos engendrasteis al pie de la Cruz a costa de dolores tan acerbos, mostrad que sois nuestra Madre de la Soledad, alcanzándonos del Señor la gracia que os pedimos en esta corona dolorosa. Y sobre todo ¡Oh! Tierna y compasiva Madre, la Gracia de vivir y perseverar siempre bajo tu protección y amparo, Madre de la Soledad tan querida, al servicio de tu Hijo y tuyo a fin de que merezcamos alabaros, eternamente en la Gloria. Amen. Jaculatorias a la Santísima Virgen de la Soledad: A Ti sólo quiero; a Ti sólo amo; No desoigas mis clamores cuando angustiado te llamo. No abandones mis fuerzas; que soy débil y soy humano; Sólo quiero que al caer, Tú me cojas de la mano.

Jaculatorias a la Santísima Virgen de la Soledad:

A Ti sólo quiero; a Ti sólo amo;
No desoigas mis clamores cuando angustiado te llamo.
No abandones mis fuerzas; que soy débil y soy humano;
Sólo quiero que al caer, Tú me cojas de la mano.
AMEN

 

Día Segundo:

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos, Señor, Dios nuestro.

Oración preparatoria


¡Oh, Amabilísima Madre de la Soledad!, aunque me reconozco indigno de aparecer ante Vuestro acatamiento confiado a Vuestra bondad y postrado a Vuestros pies; os suplico alcancéis gracias para meditar con fruto vuestros acerbísimos Dolores. No permitáis queden malogrados tantos trabajos
padecidos por Vos, y tanta sangre derramada por vuestro Hijo Santísimo.
Alcanzad, pues, perseverancia a los justos, fervor a los tibios, conversión a los pecadores, luz de fe a los infieles, humildad y sumisión a los cismáticos y herejes, alivio a las almas del purgatorio, y más encendidos a estos tus hijos de Coria, que te quieren y aclaman en tu Soledad, como a la más tierna Madre.

Segnndo Dolor: "Huida a Egipto"

¡Qué sobresalto el de María cuando José la despierta y le dice que el Ángel del Señor manda que huyan a Egipto con el Santo Niño, y se estén allf hasta nuevo aviso!; ¡Qué precepto tan arduo!; ¡Ir a Egipto!, región idólatra, desconocida y de noche, sin despedirse de nadie, sin provisión alguna.
¡Cuáles temores fueron los de la Madre, cuáles las incomodidades del tierno Infante, cuáles la congojas y trabajos de José!. La peregrinación es larga, penosa y arriesgada; y cuando con su espíritu oyese el alarido de tantas madres, y vi.ese correr la sangre de tantos niños inocentes,
¿cuál sería el dolor de corazón tan compasivo?.
¿Y quieres tú también, pecador, renovar tan acerba pena? ¡Ay, cuántas veces, más cruel que Herodes, con tus escándalos quitas la vida a inocentes almas!. .. Perdonadme ¡Oh! Dulce Madre mía, por tu Soledad y por tan penoso viaje y precipitada fuga. Haced que sin desviarme jamás,
camine siempre por los senderos de la justicia, hasta llegar al suspirado término de mi eterna salvación.

Madre de la Soledad, por tus acerbos Dolores,
Haced que cuando expiremos, nuestras almas entreguemos en los brazos del Señor.
Dios te salve María, ...

Oración Final:


¡Madre de la Soledad!. ¡Reina del corazón coriano!; ya que en la persona de San Juan nos engendrasteis al pie de la Cruz a costa de dolores tan acerbos, mostrad que sois nuestra Madre de la Soledad, alcanzándonos del Señor la gracia que os pedimos en esta corona dolorosa.
Y sobre todo ¡Oh! Tierna y compasiva Madre, la Gracia de vivir y perseverar siempre bajo tu protección y amparo, Madre de la Soledad tan querida, al servicio de tu Hijo y tuyo a fin de que merezcamos alabaros, eternamente en la Gloria. Amen.

Jaculatorias a la Santísima Virgen de la Soledad:


A Ti sólo quiero; a Ti sólo amo;
No desoigas mis clamores cuando angustiado te llamo.
No abandones mis fuerzas; que soy débil y soy humano;
Sólo quiero que al caer, Tú me cojas de la mano.

AMEN

Día Tercero:

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos, Señor, Dios nuestro.

Oración preparatoria

¡Oh, Amabilísima Madre de la Soledad!, aunque me reconozco indigno de aparecer ante Vuestro acatamiento confiado a Vuestra bondad y postrado a Vuestros pies; os suplico alcancéis gracias para meditar con fruto vuestros acerbísimos Dolores. No permitáis queden malogrados tantos trabajos padecidos por Vos, y tanta sangre derramada por vuestro Hijo Santísimo. Alcanzad, pues, perseverancia a los jus tos, fervor a los tibios, conversión a los pecadores, luz de fe a los infieles, humildad y sumisión a los cismáticos y herejes, alivio a las almas del purgatorio, y más encendidos a estos tus hijos de Coria, que te quieren y aclaman en tu Soledad, como a la más tierna Madre.

Tercer Dolor: "María pierde a su Hijo"

¿Cuál sería el dolor de María cuando advierte que había perdido a su Hijo?. Le busca día y noche desconsolada entre parientes y conocidos, pregunta por Él al cielo, a la tierra y a las criaturas todas; y nadie le da razón de su prenda adorada. Ya desanda el camino de Jerusalén, ya recorre las calles y plazas de la ciudad, y en ninguna parte le encuentra en días y noches enteros. Estos fueron acaso los tres días más amargos de toda tu vida, ¡Oh, desolada Madre de la Soledad!; pues aunque en la Pasión del Señor sufrió tanto tu corazón, te quedaba el consuelo de tenerlo presente; y cuando te lo quitaron para darle sepultura, sabías a lo menos que era sin culpa tuya. Mas ahora te ves privada de su amada vista, y a la humanidad le haces recelar si será por tu culpa. Con esto, ¡qué amargas lágrimas bañan tus mejillas!, ¡qué ayes, qué gemidos exhalan tu corazón! Solo comprenderá esa amarga pena el que pueda medir lo amable que es tu Hijo, y lo mucho que Tú lo amas. Pero ¡Ay, pecador!, sólo tres días perdió María la compañía de su Hijo y sin culpa; y a no sostenerla Dios, muriera de dolor. Y Tú habie·ndo perdido su gracia tantos años hace, y por tu culpa, duermes sin embargo tranquilo, ríes y te diviertes alegre. ¡Oh insensibilidad!, ¡Oh, monstruosa estupidez!

Madre de la Soledad, por tus acerbos Dolores, Haced que cuando expiremos, nuestras almas entreguemos en los brazos del Señor.
Dios te salve María, ...

Oración Final:

¡Madre de la Soledad!. ¡Reina del corazón coriano!; ya que en la persona de San Juan nos engendrasteis al pie de la Cruz a costa de dolores tan acerbos, mostrad que sois nuestra Madre de la Soledad, alcanzándonos del Señor la gracia que os pedimos en esta corona dolorosa. Y sobre todo ¡Oh! Tierna y compasiva Madre, la Gracia de vivir y perseverar siempre bajo tu protección y amparo, Madre de la Soledad tan q1llerida, al servicio de tu Hijo y tuyo a fin de que merezcamos alabaros, eternamente en la Gloria. Amen.

Jaculatorias a la Santísima Virgen de la Soledad:

A Ti sólo quiero; a Ti sólo amo;
No desoigas mis clamores cuando angustiado te llamo.
No abandones mis fuerzas; que soy débil y soy humano;
Sólo quiero que al caer, Tú me cojas de la mano.
AMEN

Día Cuarto:

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos, Señor, Dios nuestro.

Oración preparatoria

¡Oh, Amabilísima Madre de la Soledad!, aunque me reconozco indigno de aparecer ante Vuestro acatamiento confiado a Vuestra bondad y postrado a Vuestros pies; os suplico alcancéis gracias para meditar con fruto vuestros acerbísimos Dolores. No permitáis queden malogrados tantos trabajos padecidos por Vos, y tanta sangre derramada por vuestro Hijo Santísimo. Alcanzad, pues, perseverancia a los jus tos, fervor a los tibios, conversión a los pecadores, luz de fe a los infieles, humildad y sumisión a los cismáticos y herejes, alivio a las almas del purgatorio, y más encendidos a estos tus hijos de Coria, que te quieren y aclaman en tu Soledad, como a la más tierna Madre.

Cuarto Dolor: "María encuentra a su Hijo con la Cruz a cuesta"

¡Qué fúnebre espectáculo!, va la más amante y amable de todas la Madres a presenciar el infame suplicio de su Hijo Dios. Ya oye la lúgubre trompeta que proclama reo de muerte al autor de la vida; ya pasa la multitud amotinada que aplaude a la sentencia; ya ve a los soldados que le escoltan y a dos facinerosos ... y luego al Hijo de sus entrañas, encorvado, oprimido con el peso enorme de la Cruz. Le ve ensangrentado, hecho el oprobio de los hombres, cayendo a tierra y a punto de expirar. ¡Y no le puede socorrer!; ¡Qué situación!; ¡Qué doloroso encuentro!; ¡Cuál quedaría la Madre al ver a su Hijo en tal estado!; ¡Qué sentiría el Hijo a la vista de tal Madre, y en tanta amargura!... Sólo tú, pecador, tú que eres cómplice y caUJsa de tanta pena, ¿Quedarás insensible a los tormentos del Hijo y al dolor de la Madre?; ¡No lo permitáis, Oh, Madre de la Soledad querida Madre de

Madre de la Soledad, por tus acerbos Dolores, Haced que cuando expiremos, nuestras almas entreguemos en los brazos del Señor.
Dios te salve María, ...

Oración Final:

¡Madre de la Soledad!. ¡Reina del corazón coriano!; ya que en la persona de San Juan nos engendrasteis al pie de la Cruz a costa de dolores tan acerbos, mostrad que sois nuestra Madre de la Soledad, alcanzándonos del Señor la gracia que os pedimos en esta corona dolorosa. Y sobre todo ¡Oh! Tierna y compasiva Madre, la Gracia de vivir y perseverar siempre bajo tu protección y amparo, Madre de la Soledad tan q1llerida, al servicio de tu Hijo y tuyo a fin de que merezcamos alabaros, eternamente en la Gloria. Amen.

Jaculatorias a la Santísima Virgen de la Soledad:

A Ti sólo quiero; a Ti sólo amo;
No desoigas mis clamores cuando angustiado te llamo.
No abandones mis fuerzas; que soy débil y soy humano;
Sólo quiero que al caer, Tú me cojas de la mano.
AMEN

Día Quinto:

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos, Señor, Dios nuestro.

Oración preparatoria

¡Oh, Amabilísima Madre de la Soledad!, aunque me reconozco indigno de aparecer ante Vuestro acatamiento confiado a Vuestra bondad y postrado a Vuestros pies; os suplico alcancéis gracias para meditar con fruto vuestros acerbísimos Dolores. No permitáis queden malogrados tantos trabajos padecidos por Vos, y tanta sangre derramada por vuestro Hijo Santísimo. Alcanzad, pues, perseverancia a los jus tos, fervor a los tibios, conversión a los pecadores, luz de fe a los infieles, humildad y sumisión a los cismáticos y herejes, alivio a las almas del purgatorio, y más encendidos a estos tus hijos de Coria, que te quieren y aclaman en tu Soledad, como a la más tierna Madre.

Quinto Dolor: "María al pie de la Cruz"

Contemplad mortales, y decid, si es posible hallar dolor semejante al de esta dulcísima Madre en su Soledad. Ve a su Hijo todo hecho una llaga, sin color, sin hermosura ni aspecto de hombre. Ve sus cabellos mesados, la barba arrancada, los hombros molidos con el peso de la Cruz, las espaldas abiertas y todo el cuerpo llagado de los azotes, la cabeza traspasada de espinas, el pecho levantado, las manos y los pies barrenados y colgados de tres clavos, desangrentadas las venas, descoyuntados los huesos, la boca seca y sedienta; y ¡ningún alivio, ni una gota de agua para darle!; mas, ¡Oh dolor sobre todo dolor; cuando se despide Jesús de Ella y le dice: "Mujer, he ahí tu hijo"! ¡Oh, qué cambio!, ¡el discípulo, por el maestro; el esclavo por el Señor; el hijo de Zebedeo por el Hijo de Dios! Mas, ¡qué dicha la mía!; desde aquel instante vos sois mi Madre de la Soledad tan querida, y yo soy vuestro hijo, y ya que os costé tanto, no me abandonéis ¡Oh Madre de la Soledad!

Madre de la Soledad, por tus acerbos Dolores, Haced que cuando expiremos, nuestras almas entreguemos en los brazos del Señor.
Dios te salve María, ...

Oración Final:

¡Madre de la Soledad!. ¡Reina del corazón coriano!; ya que en la persona de San Juan nos engendrasteis al pie de la Cruz a costa de dolores tan acerbos, mostrad que sois nuestra Madre de la Soledad, alcanzándonos del Señor la gracia que os pedimos en esta corona dolorosa. Y sobre todo ¡Oh! Tierna y compasiva Madre, la Gracia de vivir y perseverar siempre bajo tu protección y amparo, Madre de la Soledad tan q1llerida, al servicio de tu Hijo y tuyo a fin de que merezcamos alabaros, eternamente en la Gloria. Amen.

Jaculatorias a la Santísima Virgen de la Soledad:

A Ti sólo quiero; a Ti sólo amo;
No desoigas mis clamores cuando angustiado te llamo.
No abandones mis fuerzas; que soy débil y soy humano;
Sólo quiero que al caer, Tú me cojas de la mano.
AMEN

Día Sexto:

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos, Señor, Dios nuestro.

Oración preparatoria

¡Oh, Amabilísima Madre de la Soledad!, aunque me reconozco indigno de aparecer ante Vuestro acatamiento confiado a Vuestra bondad y postrado a Vuestros pies; os suplico alcancéis gracias para meditar con fruto vuestros acerbísimos Dolores. No permitáis queden malogrados tantos trabajos padecidos por Vos, y tanta sangre derramada por vuestro Hijo Santísimo. Alcanzad, pues, perseverancia a los jus tos, fervor a los tibios, conversión a los pecadores, luz de fe a los infieles, humildad y sumisión a los cismáticos y herejes, alivio a las almas del purgatorio, y más encendidos a estos tus hijos de Coria, que te quieren y aclaman en tu Soledad, como a la más tierna Madre.

Sexto Dolor: "María recibe en sus brazos a su amantísimo Hijo, Muerto"

¿Le conocéis, oh Madre de la Soledad?; ¿Es ése vuestro Hijo, el más hermoso de los hijos de los hombres?; ¡Oh, qué diferente le veo ahora de lo que estaba cuando reposó en vuestros brazos siendo niño en el portal de Belén!; ¡Qué noche aquella tan clara, y qué día éste tan oscuro!; ¡Qué rica erais y qué pobre sois ahora! Entonces erais bendita entre todas las mujeres, y ahora sois la más afligida de todas las madres. Con vos estaba el Señor; también lo está ahora, mas no vivo, sino muerto; no mamando tu dulce leche de vuestros virginales pechos, sino lavando las heridas de su cuerpo con el llanto que brota de vuestros ojos. ¿Y yo soy la causa de tanto dolor?; Sí, yo soy en que empañó ese espejo de hermosura; el que cerró esa divina boca donde salían palabras de vida eterna; el que dejo yertas esas manos que resucitaban a Jos muertos, ¡Qué dolor, qué desconsuelo que debería ser el mío, Oh, Madre de la Soledad! Madre

 

Madre de la Soledad, por tus acerbos Dolores, Haced que cuando expiremos, nuestras almas entreguemos en los brazos del Señor.
Dios te salve María, ...

Oración Final:

¡Madre de la Soledad!. ¡Reina del corazón coriano!; ya que en la persona de San Juan nos engendrasteis al pie de la Cruz a costa de dolores tan acerbos, mostrad que sois nuestra Madre de la Soledad, alcanzándonos del Señor la gracia que os pedimos en esta corona dolorosa. Y sobre todo ¡Oh! Tierna y compasiva Madre, la Gracia de vivir y perseverar siempre bajo tu protección y amparo, Madre de la Soledad tan q1llerida, al servicio de tu Hijo y tuyo a fin de que merezcamos alabaros, eternamente en la Gloria. Amen.

Jaculatorias a la Santísima Virgen de la Soledad:

A Ti sólo quiero; a Ti sólo amo;
No desoigas mis clamores cuando angustiado te llamo.
No abandones mis fuerzas; que soy débil y soy humano;
Sólo quiero que al caer, Tú me cojas de la mano.
AMEN

Día Séptimo:

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos, Señor, Dios nuestro.

Oración preparatoria

¡Oh, Amabilísima Madre de la Soledad!, aunque me reconozco indigno de aparecer ante Vuestro acatamiento confiado a Vuestra bondad y postrado a Vuestros pies; os suplico alcancéis gracias para meditar con fruto vuestros acerbísimos Dolores. No permitáis queden malogrados tantos trabajos padecidos por Vos, y tanta sangre derramada por vuestro Hijo Santísimo. Alcanzad, pues, perseverancia a los jus tos, fervor a los tibios, conversión a los pecadores, luz de fe a los infieles, humildad y sumisión a los cismáticos y herejes, alivio a las almas del purgatorio, y más encendidos a estos tus hijos de Coria, que te quieren y aclaman en tu Soledad, como a la más tierna Madre.

Sétimo Dolor: "Sepultura de Jesús. Soledad de María"

Éste sí que fue dolor sobre todos los dolores. ¡María en su Soledad, sin su dulce Hijo!; ¡Huérfana y viuda; sin Padre, Esposo ni Maestro Divino!; ¡Sola sin su dulce amor!; ¡Oh dichosa sepultura que encierras al que María encerró en sus purísimas entrañas!; ¡Ay, Madre, que ni aún os queda el consuelo de morir con Él!. Su pasión está ya acabada, la vuestra se acrecienta por instantes. El efecto tiernísimo de Madre, el conocimiento altísimo de la Divinidad, el dulce trato de treinta y tres años, el ardiente deseo de la gloria de Dios, la pena de tantas almas que s van a perder, todo, todo martiriza vuestro corazón. No obstante, os resignáis y aceptáis por amor a mí, tan amarga Soledad. Pues yo, Madre Amantísima de la Soledad, también acepto, por vuestro Amorosísimo Hijo, todas las penas y tribulaciones que plujiere al Cielo enviarme en ésta vida.

Madre de la Soledad, por tus acerbos Dolores, Haced que cuando expiremos, nuestras almas entreguemos en los brazos del Señor.
Dios te salve María, ...

Oración Final:

¡Madre de la Soledad!. ¡Reina del corazón coriano!; ya que en la persona de San Juan nos engendrasteis al pie de la Cruz a costa de dolores tan acerbos, mostrad que sois nuestra Madre de la Soledad, alcanzándonos del Señor la gracia que os pedimos en esta corona dolorosa. Y sobre todo ¡Oh! Tierna y compasiva Madre, la Gracia de vivir y perseverar siempre bajo tu protección y amparo, Madre de la Soledad tan q1llerida, al servicio de tu Hijo y tuyo a fin de que merezcamos alabaros, eternamente en la Gloria. Amen.

Jaculatorias a la Santísima Virgen de la Soledad:

A Ti sólo quiero; a Ti sólo amo;
No desoigas mis clamores cuando angustiado te llamo.
No abandones mis fuerzas; que soy débil y soy humano;
Sólo quiero que al caer, Tú me cojas de la mano.
AMEN